El respeto: un bien casi en vías de extinción
"Esos que dicen que son como son y merecen respeto, son los mismos que no respetan a los que también son como son, pero diferentes a ellos".
He notado que hoy en día existe una corriente que “exige” entender todo lo “diferente”… incluso entender y aceptar circunstancias con las que a veces no sintonizamos… pero obviamente, respetamos.
Pero… ¿qué pasa con nuestra opinión… con nuestras ideas… con nuestro sentir? Muchas veces parece que estuviéramos en guerra… en un lugar donde el otro que no piensa igual que yo, se transforma en el enemigo que hay que destruir.
Sororidad, empatía son palabras que se han puesto de moda… claro que la mayoría de las veces, funcionan tan solo para el “afuera”, porque a la hora de ser empáticos y sororos con el otro, nada de eso se pone en práctica... se reclama pero no se da.
Estamos atravesando nuevos tiempos: tiempos para la acción, para el hacer y no para el “aparentar” o “querer ser”… las palabras se demuestran con acciones. Si no aplicamos la coherencia… si nos quedamos en el camino con ideologías que no se aplican, de nada sirve.
Sucede que el trabajo interno, da trabajo (valga la redundancia)… duele… nos hace enfrentar nuestra parte no tan bonita ni luminosa, pero que también es nuestra, y busca ser aceptada y sanada para que realmente podamos ser libres... para que podamos ser verdaderos dueños de nuestros pensamientos… convertirnos en seres independientes de las “personas de moda”, que con su carisma buscan envolvernos y hacernos creer que nuestro futuro depende de lo externo, de lo que otros decidan por nosotros.
Parece difícil, pero salir de esa matrix no es imposible… solamente hay que entender que nadie puede decidir y manejar nuestro destino… que éste lo vamos creando nosotros mismos con nuestras decisiones, con nuestros pensamientos, con nuestro foco, con nuestra fuerza. ¿Quién te hizo olvidar que eres un ser poderoso… que eres el único mago de tu vida?
Agredir al que piensa diferente, tratando de destruir su valía e ideales, demuestra cobardía, intolerancia, absolutismo… en tiempos de caos, permanecer centrados respetando las opiniones ajenas, pero siendo firmes en nuestro propósito, en nuestros ideales, sin distractores ni presiones y creando desde la paz nuestra realidad y sobre todo, respetándonos a nosotros mismos… esa, esa es la verdadera revolución.
¿Cómo vas a saber de respeto si ni siquiera te respetas? Y… ¿cuándo no te respetas? Cuando sin pensar ni escucharte, sigues “la ola” de las tendencias… cuando no te cuestionas ir a lugares ni juntarte con gente que ya no te resuena… cuando acatas pasivamente las decisiones ajenas… y ¡tantas otras veces! Como verás, son varias las situaciones. No consumas lo que te dan “digerido”… cuestiónate si te hace sentido y si no, puedes salirte de esa zona de confort y comenzar a andar tu propio camino… ese que te hace único e irrepetible.
Hoy elijo el respeto (sobre todo a mí misma)… el escucharme, el crecer, el avanzar.
No caigas en la trampa de la ilusión del “divide y vencerás”… convéncete que la unión hace la fuerza: mientras no nos centremos en el amor, lo estaremos haciendo en las diferencias y en pasar por encima al otro, haciendo valer nuestras ideas sin darnos cuenta que la opinión del otro es igual de válida que la nuestra… la intolerancia divide, la intolerancia destruye… la falta de respeto des-une, separa, nos debilita… y ahí me doy cuenta que esas esperanzas que a veces pierdo, pueden volver a nacer: cuando siento que el trabajo comienza en uno… es solo cuestión de voluntad.
La vida es sencilla, aunque te hagan creer lo contrario… aunque te muestren que llenándote de ruido, de gente, de cosas, podrás lograr la felicidad… triste realidad que podemos cambiar con una decisión… con la decisión de despertar, de ser auténticos, felices y libres de esas cadenas, muchas veces disfrazadas de falsas libertades.
Atrévete a desentonar con aquellos que piensan que la felicidad es confundirse en los otros, hacer lo mismo que todos y no escuchar ni respetar al que no comparte esa forma estándar de vivir, de ser… demuéstrame que en ti hay un ser pensante y que también respeta mi punto de vista, que puedo ser diferente y no por eso, ser el enemigo…
¿Quieres mi respeto?... ¡gánatelo!
¿Quieres mi respeto?... ¡gánatelo!
Marla Salab
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Debajo, más publicaciones de la autora.
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Rossana La Cruz 18-05-2022
Claudia 18-05-2022
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