Aprende a vivir cada día como si fuera el último
Hoy que he vivido el término de un ciclo y además, donde una de las ancestras de mi vida y familia ha partido concluyendo esta etapa, el vivir esta vida.
Hoy que tengo la certeza de que la manifestación de la materia, aquello que llamamos “realidad”, es solamente una representación de lo que cada uno es en su interior... solamente puedo detenerme e irme a mi corazón y preguntarme cómo yo estoy eligiendo vivir mi vida, qué pensamientos y emociones cultivo cotidianamente y en consecuencia, qué acciones ejecuto? Y me siento orgullosa y feliz de lo que he elegido, ya que tengo la certeza de que todo hoy lo hago por y con amor...
Y tú, ¿qué estás eligiendo para tu vida y para crear tu realidad?
Recuerda: partimos un nuevo ciclo donde todos estamos en un escalón (o varios, ya que la evolución es única y personal) más arriba de esta espiral de evolución, por lo cual elige muy bien, ya que no podemos colocar “vino nuevo en odres viejos”.
Entonces, quizás una buena forma de vivir es preguntándonos: ¿y si este fuera el último día de vivir esta vida? Entonces, ojalá todos aprendiéramos a vivir cada día como si fuera el último.
El último para decir 'Gracias'.
El último para decir Discúlpame'.
El último para decir 'Te amo'.
El último para abrazar a cada persona amada, con ese abrazo bueno que hace a un corazón cantar para el otro.
El último para apreciar la vida con el entusiasmo, que no guarda ninguna delicia, ninguna palabra, ninguna vivencia, ni ternura, para después.
El último para hacer las paces. Para deshacer el engaño. Para disfrutar con calma, como si se sirviera en un banquete, la preciosidad genuina que cada único respiro humano representa. Ojalá aprendiéramos a vivir cada día como si fuera el último.
El último para olvidar tonterías, lo poco importante, lo que aún nos duele.
El último para ignorar lo que, al final de cuentas, no tiene la menor importancia.
El último para reír hasta hacer el corazón bailar y contagiar a todos con nuestra risa.
El último para llorar todo dolor que no se desbordó y dio mancha en el tejido de la vida.
El último para hacer todas las artes y creaciones que la emoción desea.
El último para ser útil, en toda circunstancia que sea posible.
El último para no dejar que el tiempo corra inútilmente, entre los dedos de las horas.
Ojalá aprendiéramos a vivir cada día, como si fuera el último.
El último para que nos maravillemos ante cada expresión de la naturaleza, con la mirada larga, de quien mira por primera vez.
El último para escuchar la música, que enciende soles en toda la extensión de mi alma y bailar hasta que nuestros pies ya no puedan más.
El último para leer, de nuevo, el poema que nos arrulló el alma.
El último para desenredar los hilos, que enredan entre sí los miedos que me acompañan y despojarme de ellos para aventurarme a hacer todo aquello que anhela mi corazón.
Ojalá aprendiéramos a vivir cada día como si fuera el último. Ya no perdería una posibilidad para hacer aquello que me encanta. Crearía más oportunidades para entregar mi amor a borbotones. Para expresar mi admiración. Para destacar, en cada persona, la belleza singular que tiene. Para compartir. Ya no transferiría “delicadezas”, creadas por una mente programada con miedos. No ahorraría comprensión. No desperdiciaría energía con peligros imaginarios y con una serie de tonterías que sólo me alejan de la vida.
Ojalá yo aprendiera a vivir cada día como si fuera el último,
porque, finalmente hoy tengo certeza de que todo puede ser...'
(adaptado de Ana Jácomo)
¡Es tiempo de despertar! ¡Es tiempo de simplemente elegir ser feliz!
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Y entonces… ¿te atreves a ir por MÁS?... ¿Más qué?: Más felicidad, más amor, más paz, más tranquilidad, más alegrías, más risas, más disfrute, más gozo, más juegos, más abundancia de TODOOO… más espiritualidad, más cariños, más ternura… ¡más consciencia!
María Jesús Martínez Bórquez
Psicóloga, Facilitadora de Ceremonias y Talleres.
Coach Ontológica. Terapeuta Floral.
Astróloga. Sahumadora.
Facebook: María Jesús Martínez Bórquez
Fono consulta: (+569) 6 478 0966
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