Los pensamientos de las jóvenes creativas plasmados en el librillo guía del evento parecen tener un denominador común. Jóvenes que comienzan a asumirse como adultas, que visualizan los cambios que se les presentan en el futuro próximo.
Con cierta melancolía se alejan de la tranquilidad y serenidad del hogar y transitan por el mundo que gira de forma incansable; donde el cronómetro de la vida parece acelerarse y desacelerarse; atravesando un proceso de cambio vertiginoso, por momentos con sensación de vacío y ansiedad generados el ritmo de vida actual arribando a momentos de calma, de inspiración, de creación y disfrute, de recuerdos melancólicos del tiempo pasado, de la niñez, pero también de madurez que parece traer claridad al caos.
También está presente la pérdida de recuerdos no deseados del pasado y el optimismo del porvenir. Comienzan a revelarse ante ellas momentos de su vida próxima, donde no querrán hacer cosas que juraron no hacer ni decir nunca, cuando se re-elaborarán las teorías en las que al principio se creía, para encontrar la identidad, la originalidad, la creación, la fuerza y por qué no también, la maternidad.
¿Acaso estos pensamientos son representativos de otros jóvenes? Para muchos seguramente sí. Compartimos algunos de ellos.