Obesidad y sexualidad
Cómo influye la obesidad en la sexualidad
En la actualidad, la obesidad es uno de los problemas de salud que día a día va creciendo más en la población, generando muchas consecuencias negativas si no se tiene un adecuado control de la misma.
En muchos casos puede tener su base en causas de tipo psicológico, o al menos, estar muy condicionada por éstas. Hay muchas personas que sufren de ansiedad, por ejemplo, y matan su nerviosismo comiendo continuamente. El hecho de satisfacerse comiendo en exceso, les provoca una sensación de tranquilidad que puede resultar adictiva; al igual que encender un cigarrillo tras otro, en el caso de un fumador compulsivo.
El problema con esta adicción, es que genera un círculo vicioso donde el obeso se molesta porque es obeso y esto le dificulta mucho las cosas, y entonces come para satisfacerse en ese momento y olvidarse de su problema. Dicha conducta le genera culpa y ansiedad porque lo lleva a agravar cada vez más su problemática, y siente que no la puede controlar ni cambiar, llevándolo al aislamiento y a la depresión.
La obesidad (un índice de masa corporal de 30 o más), tiene sus repercusiones en todas las áreas del individuo, tanto física como emocionalmente. Son conocidos los riesgos de padecer enfermedades cardíacas, diabetes, hipertensión, problemas respiratorios, de columna, alteraciones hormonales, endócrinas, etc.
Estas enfermedades tienen gran repercusión desde el punto de vista sexual, porque implican limitaciones y por la influencia de la medicación que se debe tomar para dichos trastornos. A todo esto, también se le suma la vergüenza que muchas veces se tiene en mostrar el cuerpo y también, la baja autoestima. La persona se siente vulnerable frente a su pareja: no le agrada verse ni que lo vean. Esto le genera ansiedad, que es una de las enemigas potenciales para lograr un buen desempeño sexual. Muchas veces optan por renunciar a la vida sexual, frente a todos estos inconvenientes, ya que es muy desgastante enfrentarlos.
No quiero dejar de nombrar también, los casos en que la obesidad no es un problema mayor para la persona: que a pesar de las limitaciones que pueda ocasionarle, la persona no las vive de forma tan extrema y se adapta a tener una sexualidad con las limitaciones del caso o con las variantes que encuentra adecuadas. En general son personas que se sienten bien en otras áreas de su vida y este aspecto, es algo que si bien no les agrada, no lo priorizan y conviven con esta realidad sin mayores problemas.
También están los casos en que la obesidad oficia justamente de “pantalla”, que oculta los verdaderos problemas y por eso siguen siendo obesos... para no tener que enfrentarlos, cosa que no podrían eludir fácilmente si tuviesen un peso adecuado. Hay personas que lo adoptan como forma de negar la sexualidad: se dicen a sí mismos y a los demás, que no quieren ni sienten deseo sexual porque son obesos y no hacen nada para revertir dicha condición o se sabotean sistemáticamente cada vez que lo intentan. Todo esto, porque bajar de peso, equivaldría a dejar al descubierto su verdadero problema y tener que enfrentarlo.
Otro punto importante es que la obesidad tiene repercusión en la pareja, sobre todo si la obesidad se adquirió durante la relación y no la traía de antes. A la pareja puede no gustarle, generarle bajo deseo o incluso rechazo, ya que no es la persona que inicialmente conoció.
Recuerdo haber tenido varios casos donde se presentaba esta problemática: muchas veces la pareja se siente como estafada, porque considera una falta de interés hacia su persona el dejarse engordar así. A veces puede traer abandono también en varias áreas del cuidado personal... la persona no se ve atractiva, entonces tampoco cuida el resto de su aspecto. Ya no interesa la ropa, ni el cabello, ni la prolijidad, etc... una posición de entrega total de todo lo relacionado al cuidado personal. Cuando son tan extremas las manifestaciones de descuido, puede existir una Depresión enmascarada.
Estos problemas pueden revertirse realizando un abordaje interdisciplinario de la obesidad. Para poder bajar de peso y mantenerlo, no alcanza con realizar una “dieta”, ya que al estar frente a problemas orgánicos o psicológicos no tratados, va a resultar un intento frustrado. Y cada frustración desanima más para la siguiente vez.
Se ha visto que las personas cuando bajan de peso, recuperan rápidamente su libido. Vuelve el deseo sexual, producto de que vuelven a tener confianza en sí mismos... se sienten atractivos nuevamente, se sienten aprobados por ellos mismos y por los demás.
Cuando en una pareja se presenta este tipo de problema, hay que apostar al diálogo sincero de la problemática, sin negarla; ya que muchas veces por temor a herir al otro, se hace como si no importara. Siempre se pueden buscar las palabras adecuadas y trasmitir a la pareja el mensaje de forma asertiva; mejorar la comunicación y el diálogo, para poder apoyar y ayudar a enfrentar dicha problemática a quien la padece.
He visto casos en que no se sienten atraídos por sus parejas obesas y buscan excusas para alejarse y no decirlo... u optan por tener sexo por fuera de su pareja, cuando en verdad la persona que padece este problema, se da cuenta perfectamente de lo que pasa y esto duele mucho más que plantearlo y buscar juntos la solución. Cuando optan por la comunicación verdadera, es mucho más sencillo, porque la persona se siente apoyada y motivada para enfrentar su problema.
De todas formas, ya sea por un tema de salud general o sexual, o por un tema de estética o autoestima, la obesidad debería ser tratada para mejorar la calidad de vida general de los individuos que la padecen.
Para esto se deben enfrentar: 1) las causas orgánicas, 2) el cambio de hábitos alimenticios y 3) tratar el componente psicológico: ya sea el “beneficio secundario” que les puede traer permanecer obesos y que viene impidiendo lograr un resultado adecuado, así como también las causas que pueden llevar a que la persona se satisfaga comiendo en exceso.
El tratamiento acompañado y apoyado por la pareja o familia, siempre va a dar mejor resultado.
Ps. Silvia Cardozo
Terapeuta Cognitivo Conductual
Técnico y Docente del área de Sexología en SUATEC (Sociedad Uruguaya de Análisis y Terapia del comportamiento).
Email: ensil@adinet.com.uy