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Urgente: “¡Quiero que él cambie!”

Urgente: “¡Quiero que él cambie!”
Estimadas lectoras, esta es una de las frases más escuchadas en el consultorio. Puede hacer referencia al esposo/a, novio/a, pareja o amante de la persona que se presenta en la consulta y busca que una, desde su lugar de Terapeuta, los cambie.

Primero que nada, quien está asistiendo a la consulta, es usted. El Terapeuta no puede lograr que esa tercera persona cambie, si ésta no lo desea o no está dispuesta: tenga presente que el deseo de cambio es suyo.

Esto no lo digo para desalentarla, sino para explicarle un poco el panorama y para que entienda que lo que sí es posible es que usted cambie, pero jamás cambiar a alguien sólo porque usted lo desee o le esté reprochando todo el tiempo que debe cambiar...

Frente a una situación con la cual no esté contenta, siempre tendrá tres posibilidades.

1. Quejarse de la situación, ya sea en un consultorio y no hacer nada; o rezongarlo todo el tiempo a él, tanto así que finalmente es usted quien parece un fastidio y ya ni la escuchan.

2. Alejarse, lo que no siempre es posible, ya sea porque no tiene los medios o no lo desea hacer, o porque los que desea que cambien son sus hijos y son menores.

3. Cambiar, pero cambiar usted. Muchas veces sin darnos cuenta, somos nosotras mismas quienes permitimos que una situación se mantenga en el tiempo, porque estamos esperando a que la otra persona cambie; pero y ¿si las que cambiamos somos nosotras?  Si modifica determinados comportamientos (incluso pensamientos, pero esto lo dejaremos para más adelante), a la otra persona no le quedará más remedio que cambiar.

Jamás aconsejo la opción número 1, propongo la 3 y si esta no da resultado, puede concluir que tal vez le convenga la opción 2.

Analicemos estas opciones en tres ejemplos concretos.

Su marido sale y vuelve a cualquier hora

Usted le grita que lo va a dejar si lo vuelve a hacer etc., etc... y la situación se repite una y otra vez... ya ha perdido credibilidad y hasta parece que la culpable de que estén todo el día peleando, es suya por estar con mala cara o esperarlo a los gritos (está en la opción 1).

Probó el primer paso de hablarle y de explicarle que si está en pareja y quiere tener los derechos de estar en pareja, eso tiene ciertas obligaciones, como llegar a casa para cenar o de lo contrario, al menos, avisar de su llegada tarde. Bien hecho: hablar y expresar lo que quiere... si eso le funciona, ¡bárbaro! Mal hecho: estar reprochando todo el tiempo.

Si el primer paso no le ha funcionado, tal vez haya perdido credibilidad ya que él está desensibilizado frente a sus gritos y sabe que "no pasa de eso".

De acuerdo a la opción 3, pruebe de decirle: “te espero para cenar hasta las 21 hs., si no haré planes prescindiendo de ti." Si lo ha hecho, ahora cumpla. No lo espere con la cena o salga usted también.

Algunos hombres cambiarán tal vez su actitud, para que usted modifique la suya.

Es posible que otros se vuelvan vengativos y en ese caso, usted decidirá si quiere vivir con una persona así o prueba alejándose, para que la valoren o más bien para valorarse usted misma; ya que en ciertas situaciones se llega a un grado, donde sólo existe la posibilidad número 2.

Su hijo la insulta y hace lo que quiere

Otro ejemplo, consiste en la demanda de una madre, que dice que su hijo la insulta y hace lo que quiere. Y la mamá quiere que éste, obviamente, deje de hacerlo.

Pero, ¿por qué dejaría de hacerlo? ¿porque mamá grita? Igual... no pasa nada (estaríamos en la opción 1 de las mencionadas anteriormente).

¿Qué pasa si usted cambia, y le dice: “no me insultes, tienes que respetarme y si lo vuelves a hacer (por ejemplo), te quitaré la computadora”?... ¿Cumple? ¿Tiene miedo que se violente y la insulte más? Es probable, pero seguro que nunca la vió tan dura, como en el momento en que le diga lo anterior. No se ponga a insultar, ya que si está mal que él lo haga, estará mal que usted lo haga.

Sólo le devolverá la computadora si él le habla bien, le pide perdón y asegura que esto no se va a repetir. De lo contrario NO se la devuelva.

Recuerde que las personas actúan en función de las consecuencias de sus conductas.
Si las personas se portan horrible con usted e igual obtienen lo que quieren, ¿por qué van a dejar de hacerlo?

Hay un adicto en la familia

Si su hijo o marido es adicto, no lo excuse cuando llegue tarde al trabajo, o le pague deudas, porque le está enseñando que la consecuencia de consumir son nulas. Cambie, aunque le duela, deje que se caiga. ¿Para qué? Para ayudarlo.

Enséñele a la gente a que se comporte con usted, de la manera que usted se merece

¿Cómo se enseña esto? No solo con castigo, por así decirlo, como vimos en el ejemplo de la computadora; sino también, reforzando (haciendo más factible que una conducta se repita), cuando la otra persona haga algo que le guste. O sea, estén atentas a las cosas que sí les gusta de sus hijos o parejas. No las den por sentadas... aliéntelas, favorézcalas, reconózcalas. Si algo le gustó, anímese a demostrarlo.

¡Anímese a cambiar usted misma y verá como su entorno cambia!


Viviana Vaisenberg
Terapeuta del Comportamiento
Consultorio: 2710.25.01
www.hacerterapiaonline.com

Comentarios (6)

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Comuna Mujer 04-02-2012

Gracias a ti Marina, por tu aporte! Nos encanta que nos cuenten también, sus puntos de vista.
Un beso muy grande y gracias por acompañarnos.

Marina 03-02-2012

Muy buena la forma de encarar el problema, aunque para algunos signifique un cambio radical de conducta, no es sencillo modificar conductas largamente ejecutadas. Desde ya muchas gracias.

Comuna Mujer 15-11-2011

Es tal cual, Fabiana! Esperamos que esta nota te haya ayudado. Te mandamos un beso muy grande y te agradecemos que hayas compartido tu experiencia con nosotros.

Fabiana 15-11-2011

Justamente ayer, llegué a una conclusión y está muy relacionado a este artículo. Cuando le grito a mi marido por todo lo que "no hace", la que queda seca de energías soy yo. Él ya está acostumbrado a que le grite y en ocasiones ni me escucha. Y yo, quedo destruída. Muy mal negocio venía haciendo!

Comuna Mujer 26-06-2011

Qué bueno que te gustó la nota, Vera! Y sobre todo, nos alegramos que te haya sido de utilidad. Te agradecemos que nos hayas contado tu experiencia.
Te mandamos un beso grande y te agradecemos que siempre estés junto a nosotros.

vera 26-06-2011

Me encantó el articulo. Ahora se que la que tengo que cambiar soy yo.....yo era de las que lo criticaba todo el tiempo y la verdad nunca consegui nada. Como dice la psic. intenare cambiar yo. Saludos y adelante con la pagina la leeo siempre

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